domingo, 13 de diciembre de 2009

PECECITOS

Dicen que los peces no tienen memoria. Habría que saber como demonios han averiguado semejante cosa, pues la cuestión es que sí la tienen. Ahora surgirán voces autorizadas que me dirán que quién soy yo para decir esto y entraremos finalmente en un pulso dialéctico que culminará en la piedra maestra que soporta nuestra ignorancia, como es :¿quien fue primero, la gallina o el huevo?

Reparad como en unas lineas he abierto una controversia que podría acabar revisando los fundamentos conceptuales del propio ser, pero no tengo ni categoría ni ganas, además solo quería enseñaros a mis peces, mis pececillos "memoriosos" que me reconocen cuando los cebo con unas migas de pan y acuden en tropel desde todos los rincones del estanque donde viven, libres sin un o o mar que los acoja, pero contenidos en un volumen suficiente que no les hará añorar aguas más profundas, supongo.

Y mantengo que tienen memoria porque cuando alguien se asoma, ellos se sumergen velozmente sin dar tiempo a que se les vea apenas; pero cuando golpeo con una piedra sobre el muro para triturar el pan duro, aparecen nadando en círculos, como esperando la pitanza que deben saber que seguro les llega. Y para confirmar más mi teoría, cuando se lanzan voraces como pirañas a por el pan, puedo meter la mano entre ellos y no se espantan, quizá confiados en que es la mano que les da de comer, pero a nadie más se lo permiten. Algunos de los que me estarán leyendo saben de lo que hablo pues han sido testigos.

¿Tienen memoria o no? Creo conveniente que respondan ellos, que son los que lo saben. Nosotros sólo sabemos que no sabemos nada.

Vídeo. de E.MATEO

texto de E.MATEO